La Bestia de Gévaudan forma parte de esa enorme conjunto de hechos cuyo enigma jamás se ha resuelto definitivamente.

De junio de 1764 a junio de 1767 esta “bestia” contabilizó un centenar de víctimas, aterrorizó a buena parte de la provincia del Gévaudan (que abarca el actual departamento de Lozère así como una pequeña parte de la Alta Loira) y conmovió al mismísimo rey, que envió a sus mejores cazadores y sus dragones para tratar de poner fin a todos sus crímenes.

¿La bestia era un animal salvaje? ¿Se trataba de un lobo o de varios lobos como algunos han querido hacer creer? ¿O fue más bien el resultado de una terrible asociación hombre-animal, cosa que explicaría mejor ciertos comportamientos, cuando menos, sorprendentes?

De este misterio, mucho más denso aún que todas las obras que se le han dedicado hasta ahora, hemos intentado dar, en algunas páginas, una visión alejada del maniqueísmo y el simplismo que con demasiada frecuencia han prevalecido.

Para ello, nos hemos apoyado en las investigaciones de los historiadores, por supuesto, pero también en las de especialistas en el comportamiento animal. Que cada uno, de acuerdo con estos diferentes elementos, se haga luego una pequeña idea.

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